Un mensaje del presidente y consejero delegado: estas son las razones por las que debemos luchar contra la política propuesta por la Administración Trump
Un mensaje del Director General del IINE, Jeff Thielman, sobre las nuevas directrices federales publicadas esta semana
"Temor fundado de persecución". Desde 1951, esa frase ha sido la norma mundial para los solicitantes de asilo desesperados por un futuro seguro. "Temor de persecución" es una forma jurídica de generalizar la guerra, la violencia de las bandas, la discriminación, el genocidio, la corrupción, el racismo y los conflictos religiosos y étnicos. Por todas esas razones y más, la gente ha venido a Estados Unidos a pedir asilo. Sin un plan, sin sus pertenencias, sin otro pensamiento que la búsqueda de la vida y la libertad.
Esta semana, Estados Unidos hizo caso omiso de la legislación nacional y de una tradición de 68 años de ofrecer refugio a las familias más vulnerables del mundo, al poner fin de hecho al proceso de solicitud de asilo para las familias centroamericanas.
El cambio de política es breve: sólo 340 palabras en una "Modificación de Procedimiento" sobre la Elegibilidad de Asilo. Pero, con esas 340 palabras, el gobierno federal de Estados Unidos ha condenado estratégicamente al peligro e incluso a la muerte a miles de hombres, mujeres y niños que tienen un temor legítimo y fundado de persecución.
Cada año, el Instituto Internacional de Nueva Inglaterra atiende a cientos de personas del Triángulo Norte -Guatemala, El Salvador y Honduras- que nos inspiran con sus agallas, su espíritu generoso y su gratitud. Nuestros asistentes sociales ayudarán a 200 niños no acompañados y separados de sus familias de esta regióna reunirse con sus familiares en Nueva Inglaterra. Muchas de las 1.500 personas que participarán en nuestros programas de inglés, formación profesional e inserción laboral en 2019 proceden de Centroamérica.
Mientras lees esto, los habitantes del Triángulo Norte que no pueden regresar a sus hogares porque sus vidas correrían peligro están trabajando en restaurantes, hoteles, hospitales, fábricas y otras industrias de toda Nueva Inglaterra. Están pagando impuestos, formando familias y construyendo una comunidad mejor. Son nuestros vecinos y amigos.
La nueva política de asilo de la administración es errónea, amoral, contraria a nuestras leyes y tradiciones y, en última instancia, contraria a nuestros propios intereses nacionales. No debe mantenerse.